domingo, 29 de junio de 2014

EL CÁLIZ de la Discordia.

Aunque en mi ser no hay esa afición por sentenciar y encontrar culpables,no me hace menos humano,mucho menos solidario por el acto bochornoso y cruel que se ha convertido ,la sustracción de objetos de Arte religioso pertenecientes al patrimonio religioso, de la primera orden religiosa en situarse dentro del recinto amurallado, una mañana de 1673 ,en la cual Don Antonio Fernandez de Córdoba ,entrego a la orden Mercedaria,el lote en la cual edificarían piedra por piedra la nueva Iglesia.

El Cáliz que ahí se resguardaba,es una fiel copia de su original del Vaticano y es que a esta Iglesia Museo ,no tiene que envidiarle a otros, lo excelso de su colección. En una visita que realice al Museo en mención ,gracias a una gentileza del Comité de Amigos de las Iglesias del Casco Antiguo,pude apreciar con mucho detenimiento el trabajo laborioso de sus regentes y de las aportaciones de sus feligreses ,como también de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) y de esfuerzos por parte de distintas Agencias que se identifican con la Cultura .

Los objetos ahí mostrados van en diversos periodos y es tan rica en historia que muchos son de factura Colonial como algunos retablos,documentos y libros que inmortalizan los relatos orales del cual siempre hemos escuchados de nuestros antepasados,como es el caso del libro de fallecidos antes de la Era Republicana.

A pesar que los panameños en general desconocen de este memorable sitio,no deja de extrañarme que personas con gran conocimiento en la materia ,hayan fraguado la sustracción con fines específicos.

Deja claro esta intervención que las Iglesias de nuestro Centro Histórico (San Felipe y Santa Ana) no son sitios de sepulcros como estamos acostumbrados y que urge de manera imperativa la rápida acción de las autoridades ,como también la presencia Policial en estos recintos,pues el valor patrimonial de los mismos,no pueden compararse con las viandas y baileteos que se conjugan todos los días en este Distrito Histórico con la permanencia del SPI (Servicio de Protección Institucional) a su hombro y que deja a sus andanzas a personas que bien organizadas en el crimen,de-meritan,desnaturalizan y roban sin merced, la identidad de un proceso, llamado Cultura.